Vasos de Barro

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.” 2 Corintios 4:7

Desde la caída del hombre existe la tendencia de tener un alto concepto de uno mismo. Muchas veces esta tendencia pecaminosa se manifiesta en nuestras vidas aun siendo creyentes. Pero en la Biblia podemos encontrar que Dios muchas veces interviene en la vida del hombre para que este quite el enfoque en sí mismo. Dios hace esto para que el hombre se dé cuenta de que no es más que un vaso de barro, y así pueda enfocarse en una verdadera gloria, la gloria de Dios.

Por ejemplo, vemos que Dios humillo al príncipe Moisés por cuarenta años antes de llamarlo al ministerio. A Jacobo el mentiroso, Dios le hirió su muslo y no volvió a caminar igual ni ser el mismo. A Isaías le hizo ver que no era más que un hombre de labios inmundos delante de un Dios tres veces santo. A Pablo, quien una vez se consideró asimismo Fariseo de Fariseos le dio un aguijón para que no se exaltase en sobremanera. A todos estos hombres Dios los quebranto antes de usarlos para que quitaran los ojos de sí mismos y pudieran ponerlos en Sú gloria.

Por esto Pablo pudo escribir: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.” (2 Corintios 4:7) El hombre que una vez se consideró en cuanto a la ley irreprensible y Fariseo de Fariseos, ahora se describe asimismo como un vaso de barro y como alguien que era tan solo un portador del tesoro del evangelio de Cristo. ¿Qué cambio en este hombre? Este hombre tuvo un encuentro con la gloria de Dios revelada en el Cristo resucitado en el camino de Emaús. A la luz de este encuentro Pablo se dio cuenta que él no era nadie y que la gloria únicamente le pertenece al Señor. Al igual que Pablo, y todos estos hombres del pasado no podremos reflejar la gloria de Dios claramente en nuestras vidas hasta que primero no nos demos cuenta de que solamente somos vasos de barro y que nuestro tesoro solo se encuentra en el evangelio que cargamos.