¿Como Cuida Dios de un Alma Turbada?
Viernes 24 de Abril, 2020
Como cristianos estamos más que familiarizados con el hecho de que los caminos y pensamientos de Dios son más altos que los nuestros (Isa. 55:9). Sin embargo, no entendemos la capacidad que ésta verdad tiene en la manera de afectarnos hasta que algo en nuestras vidas no ocurre como lo planeamos. Es entonces cuando reconocemos que los problemas surgen cuando la realidad no coincide con las expectativas creadas en nuestra mente. Nos decepcionamos ante la falta de satisfacción anticipada, y con el alma atribulada preguntamos, ¿porqué, Señor? Pero esta es una pregunta equivocada. Y para corregirla, es necesario renovar nuestra mente y pensar como Dios piensa.
Es más que seguro acertar que Job atravesó por una etapa de depresión por causa de todas sus adversidades traumáticas. Una de las frases más dramáticas que el articuló se encuentra en Job 7:15 que dice, “Y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación, y quiso la muerte más que mis huesos.” Mientras deseaba la muerte más que la vida, Job se hacia las mismas preguntas que muchos de nosotros nos hacemos cuando hay aflicción en nuestra vida; “¿Cómo es que puede estar sucediéndome esto a mí?” Aunque sabemos el trasfondo de la escena en el cielo, cuando Dios permitió que Satanás trajera destrucción a la vida de Job, por lo registrado en las Escrituras, sabemos que Dios no le dio a Job ese trasfondo previo, y más aún ni siquiera intentó Dios explicarle los motivos detrás de su sufrimiento. En lugar de eso, vemos que en los capítulos del 38 al 41, Dios le responde a Job testificando de Sí mismo. Faltaría espacio para exponer la grandeza de Dios desplegada en esos cuatro capítulos, pero creo que David la resume muy bien en el Salmo 145 cuando habla de Su inescrutable grandeza, Sus estupendas y maravillosas obras, Su justicia, gracia, misericordia y “la hermosura de la gloria de [Su] magnificencia… (v. 5).”
Ante esto, dos cosas sucedieron con Job. Primero, cerró su boca en asombro, siendo incapaz de responderle a Dios (Jb. 40:4b). Segundo, y creo que es la más esclarecedora, pasa de haber escuchado de Dios, a ahora haber visto a Dios (Jb. 42:5b). El Dr. Constable comenta acerca de este pasaje, y los primeros dos enunciados revelan el estado prevalente del cristiano, mientras que el resto, es lo que lograría transformarnos por siempre. El comenta, “Previamente, Job había escuchado acerca de Dios por medio de otros. Este conocimiento limitado y de segunda mano le llevó a falsas conclusiones. Ahora, después de revelación adicional, él vio a Dios más claramente… Este mayor entendimiento de Dios le permitió a Job comprenderse mejor a sí mismo. El vio a Dios, y a sí mismo de una manera más realista.”
Así que, la pregunta correcta es: ¿Cómo cuida Dios de un alma turbada? Una manera como Dios lo hace es el darle a un alma afligida una más clara y brillante iluminación y manifestación de su carácter y de la gloria de su gracia que nos permite estar en paz con El, para que viéndole por quien Él es, descansemos en Dios aún en medio de la tormenta. El carácter de Dios siempre inspirará seguridad, esperanza y aliento en nosotros.