La Prueba de Nuestra Fe—Actitudes correctas ante las pruebas
El mundo entero y la iglesia de Cristo está viviendo tiempos de incertidumbre y angustia por las diferentes circunstancias que estamos viviendo. Personalmente creo que son tiempos en los cuales Dios está revelando la verdadera identidad de su pueblo. La forma y las actitudes por el cual estamos enfrentando estos diferentes problemas son un verdadero reflejo de nuestra fe. Los problemas que vienen a nuestra vida hablan de la realidad de nuestra fe o de la ausencia de esta. Somos personas que vivimos en un mundo de pruebas, de dificultades. Un mundo de criaturas caídas, criaturas pecaminosas y que por lo tanto experimentamos problemas constantes.
Job lo expresó de esta manera en 5:7, “el hombre nace para la aflicción como las chispas vuelan hacia el aire.” Mas adelante en el mismo libro, dice: “el hombre que nace de una mujer es de pocos días y llenos de problemas” (Job 14:1). En el Salmo 22:11 David dijo: “no estés lejos de mí, porque el problema está cerca de mí.” En Isaías 8:22, Dios habla a través de Isaías, a cerca de Su juicio en el mundo y el pasaje dice: “para ver la tierra y encontrar únicamente problemas.” ¿Recuerda lo que dice Eclesiastés 2:17? “por lo tanto, aborrecí la vida, porque el trabajo que se lleva a cabo de bajo del sol es triste para mí, porque todo es vanidad y aflicción de espíritu. Y después, en el versículo 23: “porque todos sus días son tristezas y su trabajo tristeza; sí, su corazón no descansa en la noche.” Problemas, problemas, problemas, vanidad día y noche; la vida parece no ser más que problemas y sólo problemas. Incluso, también para los que somos hijos de Dios. Enfrentamos constantemente problemas en un mundo lleno de problemas. Si usted nota, muchos de los Salmos son oraciones que hablan al Señor y le piden fortaleza y ayuda en medio de la angustia, pero casi nunca le piden al Señor que los libre de la aflicción, porque los escritores de los salmos sabían que eso no era posible. Inclusive en el matrimonio, el cual es la gracia de la vida. Varios pasajes de las Escrituras dan a entender que el matrimonio es como decir “la cereza al pastel de una vida feliz”. Es lo mejor de las cosas en la vida. Pero aun en el matrimonio, Pablo nos dice en 1 Corintios 7:28: “si te casas, reconoce que tendrás aflicción de la carne.” Jesús mismo dijo a sus discípulos: “en el mundo tendréis aflicción” (Juan 16:33). Debemos esperarlo, está por todos lados. Problemas en nuestra familia, problemas de nuestros amigos, problemas de parte de nuestro trabajo, problemas económicos, problemas por la enfermedad, y actualmente incertidumbre por el Covid-19. Si usted cree que es el único que lo está enfrentando, usted no ha estado mirando a su alrededor últimamente. Todo el mundo está en la misma situación.
Hasta aquí no tenemos ninguna duda que las aflicciones estarán ahí, tocando a nuestra puerta. Pero el otro punto sumamente importante, y el cual es en el que me quiero enfocar en el resto de este tiempo, es este: Las diversas aflicciones de la vida reflejan nuestra verdadera condición espiritual. El como las enfrentamos y como reaccionamos ante ellas reflejan quien somos y en quien confiamos. Las pruebas son un buen termómetro espiritual que nos dejará medir nuestra fe verdadera. Las pruebas revelarán si nuestra fe es una fe viva o una fe muerta. Si es una fe genuina o una fe de imitación. Si es una fe salvadora o una fe no salvadora. Una vez mas, las pruebas, prueban la legitimidad de mi fe porque puedo ver cómo mi fe se conduce en los problemas. ¿Qué actitud mostramos ante los demás cuando nos encontramos en diversas pruebas? ¿Qué dicen los demás de nosotros cuando nos ven en medio de una prueba?
La carta de Santiago nos enseña que la fe viva (la fe verdadera) será probada (1:2-12), pero también el escritor de esta carta nos deja ver principalmente tres actitudes correctas que todo cristiano piadoso debe poseer cuando se encuentra en medio de una aflicción o prueba.
La primera es tener una actitud de Gozo. Gozo en medio de las pruebas. (v.2) “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…” Tener mucho gozo cuando estemos en la prueba. Que difícil es esta actitud. Para mi es la mas difícil de las otras dos actitudes que veremos a continuación. Gozarme cuando estoy sufriendo, cuando he pasado por una perdida de algún ser querido, gozarme cuando he perdido mi trabajo, gozarme cuando estoy en una enfermedad terminal, etc. Nadie podrá gozarse por todas estas circunstancias difíciles de la vida sino tiene su fe en Jesucristo. Es imposible para un no creyente poseer esta actitud. Esta virtud es dada por gracia para aquellos que tienen una fe viva y no muerta. Pablo en Filipenses 4:4 dice: “Regocijaos en el Señor siempre, otra vez os digo regocijaos”. Pablo nos invita a regocijarnos en el Señor siempre. El gozo está en Cristo. Fuera de Cristo no me es posible este gozo. Vea que el v.4 menciona otra palabra importante y esta es siempre. No importan los tiempos, no importan las circunstancias y problemas, en todo tiempo, en todo momento el creyente podrá regocijarse. El gozo está marcado por el sufrimiento. Recuerde que detrás de una adversidad en su vida, siempre se encontrará una oportunidad de gozo. ¿Cómo está usted enfrentando la adversidad en este momento? ¿Está dispuesto a enfrentarla con una actitud de gozo?
La segunda es una actitud que produce Paciencia. (v.3) “Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia…” La fe viva, la cual es la verdadera fe, el creyente genuino estará capacitado y preparado para poner en practica la paciencia en medio de las pruebas. Si nota, el versículo tres habla de que el resultado de la prueba es el incremento de la paciencia. De ahí que produzca la paciencia, es elaborar o llevar acabo completamente la paciencia. Pero, también, es interesante que este termino tiene un sentido de perseverancia. El vocablo es un compuesto de debajo y permanecer, lo que literalmente significa permanecer debajo. Las pruebas son como una pesada carga que gravita sobre el cristiano, sin embargo, esas mismas pruebas generan la capacidad de soportar el peso permaneciendo debajo. La paciencia y la perseverancia van juntas. Ambas palabras surgen del mismo vocablo del idioma griego. Son dos hermanas tomadas siempre de la mano. Santiago nos dice que, durante la prueba, la paciencia traerá perseverancia y que, a su vez, el que persevera es porque que tiene paciencia. Quiero resaltar la primera palabra con la que comienza el versículo 3: “Sabiendo”. Cada vez que usted atraviesa una prueba, cada vez que yo atravieso por una prueba y pasamos esas pruebas, debemos saber algo y ¿que es? Que la prueba de vuestra fe PRODUCE paciencia…” somos dotados por la gracia con paciencia y fortalecidos con Su poder. Debemos saber que, hemos adquirido un poco más de perseverancia. En el Salmo 40:1, dice lo siguiente: “Esperé pacientemente a Jehová y Él se inclinó a mí, oyó mi clamor y me sacó del pozo de la desesperación y colocó mis pies sobre una roca y estableció mi andar. Él puso un cántico nuevo en mi boca”. Cada vez que usted sale de una prueba, ¿no se siente así? Clamé al Señor y me levantó, me colocó sobre una roca. Puso un canto en mi corazón y salí más fuerte que nunca debido a la perseverancia de esa prueba.
La tercera y ultima actitud es, la actitud de la Oración. (v.6) “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar”. Sabemos que sin la oración es imposible poder llevar acabo las dos anteriores virtudes. SI usted quiere gozarse en medio de la prueba, si usted quiere ser paciente y perseverar en las adversidades no podrá obtenerlas adecuadamente sin la oración. La oración será la llave por la cual usted abrirá las actitudes del gozo y de la paciencia. Ahora, ¿que debemos pedir? Sabiduría. Leamos el versículo 5 “si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios…” Pídala a Dios. Ese es un imperativo. Eso no es optativo. Eso es un mandato. Ese es un mandamiento. Eso es tanto un mandato a orar, como lo es orar sin cesar. Ese es un mandato a que oremos. Las pruebas tienen la intención de llevarnos a depender de Dios. Para hacernos reconocer que no tenemos recursos humanos, nos quedamos únicamente con un medio invisible de apoyo. El creyente verdadero, entonces, en la prueba, va a saber que necesita sabiduría y va a clamar a Dios. Él casi no puede ser restringido de clamar a Dios. Pero necesitamos hacer eso mucho más. Al final del versículo 16 de Santiago 5 nos dice que “la oración eficaz del justo puede mucho”. Y después, la ilustración de Elías, quien era un hombre con pasiones semejantes a las nuestras, oró fervientemente para que no lloviera; y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y oró otra vez y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. Dios responde a la oración. Dios responde. Si regresamos al versículo 5 del capítulo 1, dice que, “si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios.” Es un mandato a que oremos. Deje que los problemas lo lleven a Dios, lo acerquen a Dios. Deje que los problemas lo lleven a oración. Si usted está atravesando un problema profundo en su vida y no ha enriquecido su vida de oración, si ese problema no lo ha llevado al trono de la gracia, entonces, quizás los problemas van a continuar hasta que usted finalmente despierte y comience a hacer esto…orar. La fuente de la sabiduría está ahí si acudimos a ella. ¿Y qué vamos a encontrar cuando lleguemos? Observe el versículo 5: “pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente.” Tenemos un Dios generoso y de gracia que desea derramar en nosotros esas cosas que deseamos. Proverbios 2:2-6 dice: “si inclinares tu oído a la sabiduría y aplicares tu corazón al entendimiento, si clamares a la inteligencia y levantares tu voz a la inteligencia, si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría…” Dios la tiene disponible y Dios quiere darla al corazón que busca. Pero hay un sentido en el que Él la retiene hasta que usted viene y pide por ella, demostrando su amor, su confianza y su dependencia de Él.
Termino como empecé: Estamos viviendo en momentos de incertidumbre y situaciones muy difíciles de las cuales Dios nos está permitiendo ver la realidad de nuestra condición de fe. Las pruebas son el crisol en que se pone de manifiesto la pureza y calidad de nuestra fe. De la misma manera que el oro se purifica poniéndolo bajo la acción del calor que al licuarlo permite retirar la escoria o los metales que le han sido aleados, así también el crisol de las pruebas purifica la fe. Es necesario entender que detrás de cada prueba, permitiéndola, está Dios mismo. Las pruebas, por angustiosas que puedan ser, no son casualidades en la vida del creyente, sino la mano paternal del Padre que trabaja para acrisolar la fe. Por medio de la angustia de la prueba podemos experimentar la realidad de la gracia de Dios. Es en las pruebas, cuando todo se nubla y la senda se difumina; cuando el camino se estrecha y transita por el valle de sombra de muerte; cuando las lágrimas son el pan cotidiano, es ahí donde el creyente mantiene su confianza en Dios, porque sabe que está controlando cada situación. Fe aquí, lo mismo que en Hebreos 11, es al mismo tiempo confianza en Dios y acción de vida. Le recuerdo queuna vida sin problemas produce una virtud muy débil.
Ahora, ¿Que tipo de actitud es la que usted está mostrando en estos tiempos? ¿Qué tipo de actitud debemos tener para enfrentar las pruebas? Si somos cristianos y tenemos una fe viva y no muerta, el tipo de actitud que debemos tener son tres: (1) Una actitud gozosa, (2) una actitud paciente que nos hará perseverar y (3) una actitud que ora pidiendo sabiduría a Dios. Lo que usted hace en medio de una aflicción revelará si usted realmente cree en Dios y si genuinamente es salvo. Y también revelará qué tan fuerte realmente es su fe. Recuerde quetodas las aflicciones y sufrimientos en la vida vienen con el propósito de probar su fe. Para ayudarle a saber si su fe es real. Y qué tan fuerte es esa fe. Son pruebas de legitimidad para aquellos que dicen tener fe verdadera y pruebas de la fortaleza de la fe. Entonces en cierta manera, en este aspecto las pruebas vendrían para el creyente y para el incrédulo. ¿En que aspecto? En que para el creyente fortalecería su fe y para el incrédulo, seria descubrir que NO tiene fe. Tiene, por así decirlo una Fe muerta, en donde no hay salvación. Por ello, cuando usted enfrenta una prueba, realmente debe ver con cuidado esa prueba y examinarla a la luz de cómo usted reacciona. Y qué es lo que dice acerca de su fe durante la prueba. Si colocamos a un cristiano falso en medio de la aflicción inevitablemente lo va a destrozar, lo va a quemar. Usted coloca a un creyente verdadero en una aflicción, en una prueba y lo va a llevar a no confiar en su propia fuerza. Le va a mostrar su propia debilidad y lo va a llevar a la oración para apoyarse, para depender en la debilidad de la fortaleza de Dios, en lugar de depender de su propia debilidad. ¡Las aflicciones son verdaderas pruebas de nuestra fe!